POEMARIO No. 5
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PUBLICADO EN LA CIUDAD DE NUEVA YORK, 5 DE JUNIO DE 2010.
IPIALES, NARIÑO, COLOMBIA
Por Julio César Chamorro.
Hola amigos:
Les cuento que ha sido muy reconfortante este ejercicio de los viernes porque me permite estar en contacto con ustedes y me permite transmitirles lo que he escrito a través de los años. Muchas gracias y espero que aprovechen la buena amistad, el talante intelectual y sobre todo el profundo cariño que siente hacia su tierra nutricia mi compañero ARTURO CORAL-FOLLECO, quien desde Nueva York y a través de Ipitimes.com y del IPI-BLOG Nariño, rescata los valores de la región y los pone a circular por el mundo. Gracias a Arturo he podido contactarme con esa pintora paisana maravillosa que es ANA MARIA MORILLO, en cuya exposición estuve hace poco acá en Ipiales y con quien me unen lazos indestructibles de afecto y de recuerdos luminosos de la infancia. También recibí con regocijo mensaje de Yesid Arteaga, estudiante de filosofía, quien me cuenta que están viendo mis obras en la asignatura de literatura colombiana en la Universidad de Nariño; igual de los Montalvistas Bing Nevárez de la costa ecuatoriana y de George Ocampos del Perú a quienes envío un abrazo fraterno avisándoles que el próximo viernes 4 de Junio se realiza el acto de presentación de la fundación de la Casa de Montalvo, Núcleo de Ipiales. Bueno, ahí les van estos poemitas.
JULIO CESAR
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CAMINOS
"En esa calle había un farol
que iluminaba nuestros besos"
José Maimba
A veces me sorprendo
más allá de la nostalgia
en el letargo absurdo
de no encontrarme en nada
y entonces siento
que los fantasmas danzan
pisoteando los espacios
de la frágil memoria
y arreciando la sangre
al tic tac de las penas.
Pero aquí aún te espero
en la última calle del barrio
bajo el farol que iluminó las promisiones
y fue testigo de los bienvenidos besos
y del maldito adios.
En esta lluvia ancestral
que moja el alma
espero que vengas
a reponerme tu ausencia
y a decirme sin ambages
si te marchas nuevamente
o si te quedas.
Espero que no me cuentes nada
de los labios que anidaron en tu boca,
de las manos que palparon tu santuario,
del latido que agitó la pasión
en cada pliegue de tu cuerpo.
Yo tampoco diré nada
de las secretas humedades del pasado,
de las mujeres que amé y desamé,
de los caminos andados
y los caminos deshechos
que emprendí para olvidarte.
NO VENGAS
No quiero que vengas
a ver con tus ojos mis ojos
cargados de angustia
por tu lejanía.
A ver que mi alma
asciende en la bruma
cansada y espesa y sombría
del día que cruza
arrastrando la noche,
dejando en mis manos
la cuenca vacía
de tu agua sonora
de tu beso de agua,
de tu agua hecha beso
y de tu alegría.
No quiero que vengas,
¡oh!, no vengas nunca,
a tocarme el cuerpo
partido en tristezas
y en melancolías.
Cree que mis sueños
jamás te acogieron,
cree que mi llanto
fue un murmullo apenas,
cree que mis brazos
jamás extrañaron
la dulce gavilla
de tu piel morena.
Créeme muerto
en alguna trinchera,
créeme lejano
como el horizonte
que nunca alcanzaron
tu ausencia y mi espera,
créeme ajeno,
pero nunca vengas
a quitarme el poco
de paz que me queda.
VÍSPERA
Los ojos de la noche
están abiertos
para mirar la sombra
que vendrá a recoger
los pasos olvidados
en la víspera
de tu libertad
y mi desgracia.
POSDATA
Olvidé recomendarte
que si encuentras mis lágrimas
en alguna esquina
con tu sol de ternura
las conviertas en nubes
y en la cuenca del viento
las devuelvas urgente.
Su lluvia mojará mi memoria
y no habrá pretexto
para echarte al olvido.
HOY NO
Si hoy llego a besarte
no podré volver a hacerlo
nunca
porque en vez de tu sal
beberé sangre.
Si llego a poseerte hoy
como otros días
cuando soy elemental
y tierno,
nunca podré resarcirme
de tus piernas
que como espinas
se clavarán en mi cuerpo.
No podré verte hoy
porque empezó la guerra
y a ella
me voy de combatiente.
DIATRIBA DE VERANO
"Estoy en esta isla, solo contigo, el mar y las estrellas"
Se viene la noche alucinante
de estrellas fugaces y sombras veloces
mientras la lascivia colérica
del fin del verano
choca en la marisma sorprendida
que acaricia las arenas antìpodas
que trajeron los ciclones.
El viento se bambolea entre la lluvia
y el bochorno se pega a las costillas
en medio del juego vocinglero
de los negros
que corean la estridencia de coleópteros
embriagados por inverosímiles pasiones.
Los tabores se escuchan a lo lejos
confundidos con el golpe de las olas
y el crepúsculo asciende enrojecido
guiando la serpientes del silencio.
¡Ay amor!
Esta isla no es de todo el mundo
sino de aquellos transhumantes sonámbulos
que creemos que la sangre es roja
y que está cerca el fin del tiempo.
ELLA
Ella viene,
me mira, desabrocha su blusa
y deja en libertad
las blancas palomas
de sus senos.
Se sienta en la cama
y sonríe
hasta que tira el último indumento
sobre la silla solitaria.
Suelta la cascada de su pelo
para que caiga torrencial
sobre mi pecho,
me ama con jadeos complacidos,
sin apremios de angustia,
sin afanes,
y después se aleja.
Cómo avisarle
que la última noche
dejó su cara
olvidada en el espejo.
ENLACES RELACIONADOS
-- Poemario No. 4 Por Julio Cesar Chamorro. Este enlace contiene los Poemarios anteriores 1, 2 y 3. IPI-BLOG de IPITIMES.COM /New York.
1 comentario:
Mi querido amigo Julio César, como "El Grande": Leo con mucho cariño y atención cada uno de tus poemas y mi alma se llena de emoción y alegría, esa alegría que también tiene lágrimas, de emoción, por todos los buenos recuerdos de nuestra infancia y de las navidades compartidas en familia con tus padres y los míos y con sólo una leve pared por distancia.
Me alegro mucho haberte encontrado tan maduro poéticamente y tan sencillo como todo el tiempo anterior, ese tiempo que tal vez no transcurrió, si no que se quedó suspendido esperando el momento del encuentro.
Gracias por plasmar en tus escritos, lo que muchos no podemos decir.
Un abracito desde Bogotá.
annie
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