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portafolio.com.co / negocios / agronegocios / 13 febrero 2010

Cafés especiales buscan mercados

Mientras la Gobernación de Nariño busca posicionar la producción local, los tostadores de Amor Perfecto recibieron una certificación por la calidad de su bebida.

Los comercializadores están tomando muy en serio el comentario popular de que en Colombia se toma el café más malo del mundo, a lo que se suma la falta de conocimiento de cómo preparar una buena bebida en casa.

Así, para que la gente se convenza de que en el mercado local se consigue 'el mejor del mundo' están haciéndose cada vez más vistosas iniciativas particulares (diferentes a Juan Valdez) que buscan afanosamente posicionarse en el mercado.

"Es un nicho que debe explorarse, hay gente que puede pagar por un café especial y, de paso, apoyar a los productores", dijo Antonio Navarro Wolff, gobernador de Nariño, durante el lanzamiento de los cafés especiales de su departamento.

El mismo día, el miércoles pasado, el tostador de café de la marca Amor Perfecto, Luis Fernando Vélez, recibió la certificación 'Q', un programa reconocido internacionalmente para calificar calidad en taza.

"Mi café es especial porque es de calidad de exportación, es dulce, aromático, ofrece una taza con cero defectos o muy 'limpia', sabor residual agradable, achocolatado, nueces y de una acidez notable", dijo Vélez, otro convencido -al igual que Navarro- de que puede venderse café a más de 18.000 pesos la libra.

Además, como estrategia comercial, no quieren llevarlo a las góndolas de los supermercados, donde competirían por precio frente a los 'populares', sino establecer sus propios canales de comercialización.

Por ejemplo, los de Nariño quieren hacerlo a través de un sistema de venta a clientes institucionales (empresas u hoteles) o en puntos de venta en sitios 'exclusivos' del país; Amor Perfecto lo hace por medio de Café Diletto una cadena que tiene ocho puntos de venta en Bogotá y también por un sistema de suscripción.

"Lo hacemos así porque no encontramos una cadena de supermercados que le apueste a la idea de cambiar los esquemas tradicionales de venta de café en góndolas", anotó Vélez.

Otra empresa, Café Devotion (con la marca Veneto), lo hace de forma similar y en el primer envío entrega, además de la libra de café respectiva,una máquina para prepararlo, un pocillo y su respectivo plato y una cuchara dosificadora.

Por su parte, Alejandro Cadena, exportador de cafés especiales de alta calidad, vende los suyos sólo a los amigos, familiares o conocidos. "Este no es negocio en Colombia, porque muy pocos están dispuestos a pagar 18.000 pesos por libra o más", anotó.

Igualmente, como conocedor del mercado ha sido testigo del nacimiento y fracaso de muchos intentos comerciales de vender cafés especiales en Colombia. "Es un tema de demanda y de escasa cultura del café, además, la gente no sabe prepararlo", concluyó.

Para Carlos Armando Uribe (El Profesor Yarumo) todos los cafés del país podrían catalogarse como especiales, pues reunen algunas de las características descritas para identificarse como tales (ver recuadro).

Otros negocios que han sido exitosos hasta ahora con la venta de especiales están los cafés: Aney, del departamento del Cesar; Kogui, de Magdalena; Mesa de los Santos, de Santander; Café Aragonés, en Medellín; y, Jesús Martín Bedoya, en Armenia y Salento (Quindío).

Por último, todos los anotados cuentan con algún tipo de aval, expedida por una agencia certificadora independiente, que asegura que el proceso de producción o el producto cumple con ciertos requisitos como la conservación del medio ambiente (suelos y aguas), el uso adecuado de plaguicidas, la producción bajo los principios de la agricultura sostenible y la disposición final de los residuos; también a otros aspectos de tipo social, como los ingresos de los productores y la seguridad industrial y social de los trabajadores.

Lo que hace especial a un café

Según el Programa de Cafés Especiales Colombianos de la Federación Nacional de Cafeteros, éstos se dividen en sostenibles, de preparación y de origen.

Los primeros son los cultivados por comunidades que se comprometen con la protección del medio ambiente mediante una producción limpia, mientras que los de preparación son aquellos que se desarrollan y se obtienen para satisfacer las preferencias de un cliente en particular. Los cafés especiales de origen son los que se cosechan en una región o una finca con cualidades particulares y que para su venta no se mezclan con otros cafés.

Por su parte, los sellos internacionales se hacen necesarios a la hora de venderlos, pues una certificación asegura que el proceso de producción o el café mismo cumplen con las condiciones establecidas por los compradores.

Entre estos requisitos se cuentan el uso moderado de plaguicidas, la conservación de las aguas y de los suelos, la disposición de los residuos de la producción y los principios de agricultura sostenible puestos en práctica por los cultivadores; adicionalmente, estas certificadoras tienen en cuenta los ingresos de los productores y el bienestar de sus familias, lo mismo que la seguridad en el trabajo.

JUAN CARLOS DOMÍNGUEZ REDACCIÓN DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS